Juan José Zorrilla
En esa virtud, en 1972 es ascendido a Contralmirante y designado Comandante en Jefe de la Armada Nacional del Uruguay.Batlle fue procesado por la justicia militar por el delito de “ataque a la fuerza moral del Ejército” y permaneció dos meses en prisión.Los mandos militares, insatisfechos con esa respuesta presidencial, el día 7 lanzan una virulenta declaración en contra de Vasconcellos, anunciando ya lo que será su doctrina: la sedición tupamara está controlada, pero la “subversión” subsiste, afectando “la seguridad nacional”.El Contralmirante Juan José Zorrilla recordando este episodio, relató: "Después de la reunión en Suárez seguimos la reunión en el ESMACO, y ahí yo, o la Marina, porque yo no estaba solo, había otro almirante, el prefecto nacional y dos o tres oficiales más, estuvimos discutiendo media hora, cuando mucho.Los acontecimientos venían de tiempo atrás y ya la prisión de Jorge Batlle, en octubre del año anterior, había mostrado hasta qué punto las Fuerzas Armadas habían asumido un rol político protagónico, con mandos que, embriagados por el éxito en el combate a los tupamaros, inocultablemente irrumpían como un poder[2] El Contralmirante Juan Zorrilla reafirmó su respeto a la Constitución oponiéndose a la actitud de los sublevados.El Ejército y la Fuerza Aérea emiten el comunicado Nº 4 en la noche del 9 de enero, en el que se planteaba el programa político del militarismo y luego el comunicado Nº 7, complementando la doctrina expuesta, en el sábado 10 de febrero.La Armada le ofreció al Presidente una base para establecer su despacho y poder negociar con el Ejército desde una posición más fuerte, lo que no fue aceptado.El Frente Amplio no hizo quorum para condenar el golpe, los habían convocado como "masas populares" que si apoyaban a los militares recibirían prebendas.El Partido Comunista uruguayo apoyó a los insurgentes, que creían peruanistas, ya que en el numeral 5° del comunicado se planteaba alcanzar o impulsar la obtención de objetivos socioeconómicos, como incentivar las exportaciones, reorganizar el servicio exterior, eliminar la deuda externa opresiva, erradicar el desempleo, atacar los ilícitos económicos y la corrupción, reorganizar la administración pública y el sistema impositivo y redistribuir la tierra, entre otros.La mayoría del Partido Colorado no se movilizó, salvo el senador Vasconcellos y el vicepresidente Sapelli.Entre tanto, Zorrilla estaba atrapado en un dilema: 1) Con la información que tenía la inteligencia naval, los demócratas eran más que los golpistas en las unidades del ejército, si grupos de fuerzas especiales con oficiales navales se desplegaban, como ya habían hecho para detener tupamaros, todos los golpistas estarían detenidos en pocas horas por fuerzas especiales de la Armada.2) Como constitucionalista, juró obediencia al presidente de la República, y no podía actuar sin órdenes, las que solicitó pero nunca llegaron.Cuando se retira de su despacho, Zorrilla le dice a sus subordinados: "Este libro me lo llevo porque para ustedes.Durante la dictadura, con el comienzo de la apertura, acepta apoyar a la lista ABX, del distintivo "Batllismo Unido", correspondiente al sector Lista 15, del por entonces proscripto Jorge Batlle Ibáñez, y encabezada por el dos veces ministro, y futuro presidente, Julio María Sanguinetti.Ocupa por la lista ABX el segundo lugar a la Convención Nacional del Partido Colorado, pero después de un discurso es acusado por las FF.Está 30 días preso en la Escuela Naval, razón por la que no pudo asumir su cargo de Convencional del Partido.[6] En diciembre de 1987, renuncia a su banca, siendo sustituido por Francisco Terra Gallinal, para ser designado como Embajador uruguayo ante el Vaticano.Expusieron sobre el asunto los diputados Conrado Rodríguez, Nicolás Viera, Daniel Martínez Escamés e Iván Posada.Luisa Amaro, e integrada además por el Sr. Manuel Novas, el Dr. Fernando Aguirre, el Sr. Ignacio Scala, el Ing.