Wilson Ferreira Aldunate

Casado con Susana Sienra Burmester, tuvo tres hijos: Gonzalo, Silvia y Juan Raúl.

De pequeño Ferreira había quedado deslumbrado por el pasaje por Melo de las milicias nacionalistas que habían combatido bajo órdenes del general Aparicio Saravia, caudillo del Partido Nacional.

La infancia en Melo transcurrió entre travesuras, correrías con su hermano y una severa formación preescolar alemana impartida por dos institutrices, Marie y Johann, resultado de la admiración que su padre sentía por Alemania, que entonces era el centro mundial de la ciencia médica.

Cursó solamente dos años de enseñanza secundaria en Cerro Largo, ya que en 1933 la familia se mudó a Montevideo.

Andaban siempre juntos y era frecuente que alguno de los dos, por fastidiar a otro, le diera un empujón diciéndole: “Viva Batlle” y que el contrario hiciera lo mismo diciéndole “Viva Herrera”, siendo estas sus primeras discusiones políticas.

La ruptura institucional precipitó el comienzo de la militancia política de Ferreira, que concurría al liceo Rodó, donde forjo su amistad entrañable con Arturo Ardao, Juan Carlos Bracco, Lincoln Bizzozero y Francisco Haedo.

Al desatarse una gran cantidad de campaña contra la dictadura, comenzaron a editarse unos periódicos clandestinos llamados “Jornada” y “Combate”.

Ferreira abandonó la carrera de Derecho, dejando la materia Legislación del Trabajo sin rendir examen.

Cuatro años más tarde fue elegido senador, pero culminó ese año asumiendo como ministro de Ganadería y Agricultura.

Este segundo gobierno no logró superar los problemas económicos del país.

Se impulsó una política represiva frente al movimiento sindical y estudiantil que trajo consecuencias negativas.

Entre ellos se encontraban Danilo Astori, Antonio Pérez, Lilián Serra, Martín Buxedas, Celia Barbato, Miguel Cetrángolo y el chileno Jesús González.

Se prescribía también que sólo las sociedades nominativas podrían ser propietarias de tierras.

El gobierno de Pacheco Areco propuso un acuerdo nacional con el dirigente herrerista Martín Echegoyen.

Wilson Ferreira, por su parte, señaló que no quería cargos para su partido, diciendo: "yo, el patriotismo lo doy gratis" y condicionó su apoyo crítico al hecho de que el presidente "deje pensar, escribir y hablar con toda libertad.

Pacheco no consiguió los respaldos parlamentarios que procuraba y, a falta de los mismos, reforzó su política autoritaria.

Ferreira dijo entonces: En el año 1976, exiliado en Argentina, Ferreira salvó su vida cuando un escuadrón militar secuestró y asesinó en Buenos Aires al senador Zelmar Michelini y al diputado Héctor Gutiérrez Ruiz.

Una presentación suya ante el Senado de los Estados Unidos en Washington D. C. logró que este suspendiera la asistencia militar a la dictadura uruguaya.

Entre los pasajeros que lo acompañaban se contaban Gustavo Borsari, Germán Araújo, José Claudio Williman, Alberto Volonté, Jorge Machiñena, Juan Martín Posadas, Gonzalo Aguirre, Walter Santoro, Carlos Luppi, Ana Lía Piñeyrúa, Pablo García Pintos, Carlos Julio Pereyra, Wilson Elso Goñi, Alem García, Matilde Rodríguez Larreta, Ignacio de Posadas, Daniel García Pintos, el escritor Enrique Estrázulas, el cantante Pablo Estramín y los periodistas Walter Serrano Abella, Aníbal Steffen y Hugo Modino.

En un dispositivo de guerra para impedir el contacto del líder con la multitud que lo esperaba, y ante insistentes rumores que presagiaban una revuelta civil, fue apresado por los militares y trasladado en helicóptero hasta el cuartel de Trinidad, donde permaneció encarcelado durante toda la campaña electoral que restableció la democracia, y excluido de participar en las elecciones, según se había acordado en el Pacto del Club Naval.

Este acuerdo, celebrado por los militares, el Partido Colorado, el Frente Amplio y la Unión Cívica, sentó las reglas de juego para el retorno a la vida democrática, que incluían la proscripción de varios políticos cuyas candidaturas eran resistidas por los militares.

Ferreira, principal enemigo del régimen en el exterior debido a su trayectoria, y por ello requerido por la justicia militar, no podía participar de ninguna manera, según han reconocido jerarcas militares de la época.

[12]​[13]​ Su muerte provocó una enorme demostración popular y numerosos reconocimientos de todos los partidos políticos del Uruguay.

Placa a la entrada de la Estancia de Wilson Ferreira en Rocha
Programa político de la candidatura de Wilson en las elecciones de 1971 .
Monumento a Wilson en Paso Carrasco , Canelones .