Al morir súbitamente el emperador en 963, José Bringas se hizo cargo del gobierno y de los príncipes Basilio II y Constantino VIII, teniendo que enfrentar una gran resistencia de sus rivales.
El joven emperador prefería ocupar su tiempo cazando, mientras Bringas resolvía los asuntos de Estado.
[10][11][12] Nicéforo Focas visitó la capital imperial y celebró su triunfo, para luego acusar a Bringas de conspirar contra él, buscando refugio en Santa Sofía.
A la vez, escribió al strategos del thema Anatólico Juan I Tzimisces, sobrino y general más importante de Focas, proponiendo darle el puesto de su tío si se levantaba contra él.
La población de la ciudad, empero, apoyó la rebelión, y al aproximarse el ejército rebelde, se levantó contra las tropas de Bringas, apoyado por el patriarca y por Basilio Lecapeno, quienes al parecer armaron a 3000 hombres que enviaron a la lucha.