Jorge Guillén

Tuvieron dos hijos: el crítico y destacado especialista en literatura comparada Claudio Guillén (1924-2007) y Teresa, quien se casó con el crítico Stephen Gilman, un hispanista profesor en Harvard, discípulo de Américo Castro.Esto le permitió conocer a los jóvenes miembros de la generación del 27 como Rafael Alberti y Federico García Lorca.Reanuda su labor docente en Harvard y Puerto Rico, pero una caída con rotura de cadera le aparta de la docencia en 1970; en 1976 recibe el Premio Cervantes y en 1977 el Premio Internacional Alfonso Reyes.Sus restos mortales reposan en el Cementerio Anglicano de San Jorge, Málaga.Reanudó su labor docente en Harvard y Puerto Rico, pero una caída con rotura de cadera le apartó de la docencia en 1970; en 1976 recibió el primer Premio Cervantes y en 1977 el Premio Internacional Alfonso Reyes.Sus restos mortales reposan en el Cementerio Anglicano de San Jorge, Málaga.[9]​ Por su inclinación a la poesía pura, algunos críticos lo consideran el discípulo más directo de Juan Ramón Jiménez.«El mundo está bien hecho», proclama, lo que en la posguerra española le supuso una cierta enemistad entre los poetas existenciales y sociales que padecían las duras consecuencias de la guerra, por lo cual el poeta se corregirá más tarde, en Clamor: «El mundo de los hombres está mal hecho».La versión final, publicada en 1950 en Buenos Aires, tiene 334 poemas divididos en cinco partes: «Al aire de tu vuelo», «Las horas situadas», «El pájaro en la mano», «Aquí mismo» y «Pleno ser».