Jerusalén liberada (en italiano: La Gerusalemme liberata) es un poema épico del poeta italiano Torquato Tasso, publicado por primera vez en 1581, que narra una versión en gran medida mitificada de la Primera Cruzada en la que caballeros cristianos, liderados por Godofredo de Bouillón, luchan contra los musulmanes para conquistar Jerusalén.
Las primeras ediciones completas de la Jerusalén liberada se publicaron en Parma y Ferrara en 1581.
La elección del tema de Tasso, un conflicto histórico real entre cristianos y musulmanes (si bien con elementos fantásticos añadidos), tenía una base histórica y creaba implicaciones compositivas (el tema de la narración tenía un punto final fijo y no podía extenderse interminablemente en múltiples volúmenes) que no se encuentran en otras epopeyas del Renacimiento.
Al igual que otras obras de la época que también describen conflictos entre cristianos y musulmanes, este tema tenía una resonancia actual para los lectores de la época, cuando el Imperio Otomano avanzaba por Europa del Este.
Uno de los recursos literarios más característicos del poema de Tasso es la encrucijada emocional que sufren personajes que se debaten entre sus sentimientos y su deber.
La revisión del poema atormentó a su autor durante varios años.
En los últimos años de su vida, Tasso revisó su poema para cumplir a rajatabla con la ortodoxia católica.
Si bien aparecen los principales líderes históricos de la Primera Cruzada, gran parte del poema se centra en subtramas románticas que involucran a personajes totalmente ficticios, con excepción de Tancredo, a quien se identifica con el histórico Tancredo, Príncipe de Galilea.
Hay así mismo muchos elementos mágicos, y los sarracenos actúan a menudo como si fueran paganos clásicos.
En las discordias participan ángeles y diablos, con una función similar a la de los dioses en la épica clásica.
A pesar del antagonismo, Tancredo siente una fuerte pasión por la guerrera Clorinda.
Reinaldo huye del campamento para evitar ser juzgado por Godofredo por haber dado muerte a otro cruzado.
Morirá luchando valientemente y recibiendo el bautismo del propio Tancredo.
Trata de reunirse con él vistiendo la armadura de Clorinda, pero es atacada por el camino por soldados cristianos que la confunden con ésta; huye y encuentra paz entre los pastores.
En el poema, el personaje, que recuerda a Eneas de Virgilio, representa al gobernante cristiano perfecto, que impone disciplina a todos, comenzando por sí mismo.
Sin saberlo, matará en duelo a Clorinda, bautizándola en el momento de la muerte.