Su hijo Martín Gregorio, por problemas con su madre y padrastro, se instaló en Pamplona por cuenta propia en 1666.La tía, en compensación, estableció el pago de cuarenta ducados anuales hasta que Isabel cumpliera veinte años.A cambio, el matrimonio le prestará los cuidados que exigía su delicado estado de salud.[5] Poco después, en 1666 Martínez abandonó el hogar tras diez años de matrimonio y se refugió en Zaragoza, no sin antes haber sustraído utillaje e impresos del negocio familiar para financiar su nueva vida.El asunto se enturbia y divide a la familia: junto a Martín Gregorio están los dos hermanos que le siguen, Francisco, con el que ha trabajado en el taller familiar, y Graciosa, a cuyo marido, el "cirujano", ha tenido como empleado; enfrente, junto a la madre, está la hermana más pequeña, Juana, y, de forma sorprendente, Gaspar Martínez, el marido que le ha robado y abandonado, pero que necesita la legitimidad de los títulos de propiedad de su esposa Isabel Labayen para disponer de la imprenta frente a las pretensiones del primogénito.Martín Gregorio lo rechazó aduciendo que con ese salario no podía mantener a su familia.Por esas mismas fechas, en 1669, a los 25 años se había casado con María de Álava, con la que no tuvo hijos.El pleito se resolvió cuando llegó la sentencia judicial que establecía que la madre era la única propietaria del negocio y el hijo no tenía derecho al mismo; en consecuencia, el trabajo que había realizado hasta la fecha había sido a título de oficial de imprenta contratado y, por ello, tan solo podía reclamar los salarios atrasados, a razón de cuatro reales diarios.Desde 1666 Martín Gregorio de Zabala trabajaba por cuenta propia, en el taller que habían atacado su madre y hermana.Pero cuando los tribunales en 1670 desautorizaron esta pretensión, pasó a firmar solo con el apellido paterno: "Martín Gregorio de Zabala".[14] Es de sobra conocido que durante el Antiguo Régimen las mujeres no podían ejercer oficios mecánicos.En este sentido, los ejemplos son numerosos, entre otros motivos, porque era más frecuente que la esposa sobreviviera a su marido.Por este motivo, se conocen impresos judiciales con el nombre de Gaspar Martínez como impresor desde 1672 hasta 1675.