Inmaculado Corazón de María (Torreblanca)

Realizada en escayola policromada, la pieza cuenta con añadidos posteriores, el más importante una aureola estrellada elaborada en metal plateado.

El estrato no presentaba casi ningún daño, siendo los únicos desperfectos unos leves levantamientos, mientras que el rostro destacaba por ser la parte que más intervenciones había sufrido debido a que era el área con más repintes, los cuales mantenían oculto el auténtico cromatismo, además de contar con preparación no original destinada a tapar grietas.

La figura se hallaba completamente repintada, lo que impedía un estudio sobre el estado del cromatismo original, el cual debía de encontrarse en malas condiciones debido a los numerosos retoques efectuados sobre la pieza, destinados principalmente a disimular grietas en zonas tan visibles como las manos y el rostro.

Este proceso fue acometido llevando a cabo un tratamiento de carácter preventivo contra xilófagos y bacterias, para lo cual se examinó el emplazamiento de la figura en el templo y los posibles agentes causantes del deterioro.

Con el fin de impedir futuras pérdidas volumétricas además de afianzar las partes añadidas mediante cola y papel japonés, se inyectó en los levantamientos cola diluida en fungicida y agua destilada, mientras que las áreas descohesionadas fueron fijadas colocando los diferentes estratos con una espátula caliente.

La reintegración volumétrica se acometió con estuco similar al original el cual fue posteriormente lijado para nivelarlo, aplicándose después una capa de imprimación para impedir absorciones.

Tras este proceso se retiraron todos aquellos repintes que alteraban la pieza a nivel estético además de edulcorar su historia, labor que en el estudio previo se dispuso ejecutar tanto con bisturí como químicamente.

Después se llevó a cabo la reintegración cromática propiamente dicha mediante técnica acuosa, ajustando con barniz los pigmentos aglutinados.

En las áreas con presencia de dorados en los estofados y en los ornamentos más detallados la reintegración se realizó con mica en polvo mezclada con barnices; el uso de mica en polvo resultó la mejor opción dado su nula oxidación y su idoneidad en secciones de escaso tamaño, donde lograr una homogeneidad con oro fino hubiese resultado demasiado complejo, teniendo en cuenta además que el oro empleado originalmente en la pieza es falso.