silvestris), así como un amplio estrato arbustivo de tomillo, romero, retama, mirto, torvisco, lavanda, numerosas especies de jaras y otras especies singulares (como el roble) que por su edad, porte e importancia dentro de la ciudad merecen ser protegidas.
[9][10] Aprovechando los recursos naturales que ofrecen las márgenes del arroyo, se dio un asentamiento estable, planificado y consolidado en el tiempo que, además, presenta un buen estado de conservación como constatan los múltiples registros arqueológicos.
Mediante reuniones con las autoridades, movilizaciones, conciertos, exposiciones y múltiples actividades públicas se dieron los trámites admistrativos necesarios para hacer realidad el parque más de veinte años después[4].
El Parque cuenta con amplios caminos de tierra que permiten la práctica del ciclismo y del running así como una carrera popular[13] que va por su decimoprimera edición, realizada con frecuencia anual y organizada por el Club de Atletismo "Los Lentos"[14].
Aunque el crecimiento periurbano había convertido los terrenos en escombreras y vertederos incontrolados desde prácticamente la construcción de los primeros núcleos urbanos (Parque Alcosa), la restauración ambiental perseguida por la lucha ciudadana, con ayuda de los fondos europeos FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional) y POMAL con participación de los Presupuestos Participativos del Ayuntamiento de Sevilla, ha permitido que en el Parque se lleven a cabo actividades vecinales como conciertos, huertos urbanos y talleres (Aula de la naturaleza), itinerarios botánicos y ornitológicos, etc.
La obra afectaría a los yacimientos arqueológicos, a los diversos hábitats singulares y al uso que se hace del parque de manera considerable[17][18].
El Anillo consiste en un corredor verde que daría continuidad a los parques de Torreblanca, Tamarguillo e Infanta Elena por una red de carriles bici y senderos peatonales.