Desde la acería y posterior al enrollado de las bobinas de las que las hojas comerciales de acero son surtidas, estas hojas rectangulares ya en forma plana pueden encontrarse en tamaños estandarizados (por ejemplo 4’ x 8’, 4’x 12’ etc.); esto significa una forma común para empezar a trabajar con el material, ya sea desde su contabilidad, transportación y manejo, o ya el inmediato proceso de fabricación.También, se suelen marcar las hojas dependiendo de esa medida por ejemplo empleando un plumón marcador amarillo (o un lápiz plateado) con el propósito que sea visible.Un factor interesante referente al trabajo con hojas es la memoria del acero, la cual en algunos casos puede ser bastante y notoria al cortar las hojas (particularmente en forma longitudinal), por ejemplo empleando plasma.A grandes rasgos, la memoria del material es la capacidad (en este caso del acero) para regresar a una forma previa o aproximada; con esto en cuenta, es posible divisar el enrollado de la bobina cuando una parte de la hoja (generalmente la más delgada y larga) deja su forma plana para tomar curvatura.Existen diversas maneras de crear una forma en la pletina de acero, esto incluye el cortarla, derretirla, o someterla a un proceso abrasivo etc. Es muy común que cuando se planea trabajar con hojas, por su misma geometría, se prepare una mesa que aguante el trabajo al que la hoja será sometida.