Hidalgo
Hidalgo, hijodalgo, fidalgo (del castellano antiguo, y común en literatura) o infanzón es un noble, aunque coloquialmente se utilice el término para referirse a la nobleza no titulada, especialmente en España y Portugal.Fidalgo se dijo por el latín fide «fe»[1] que vale por 'confianza y lealtad'.Según Sebastián de Covarrubias en su tiempo se consideraban estas: En las Siete Partidas, aparece en muchos lugares, en una donde se trata cómo escoger las personas para la milicia dice:[1] Literariamente los hidalgos han sido caracterizados fundamentalmente como nobles con escasos o nulos bienes, pero exentos del pago de determinadas obligaciones tributarias (el impuesto llamado pecho, que pagaban en cambio los plebeyos o pecheros) y con derecho a portar armas ya que el rey podía pedirles en cualquier momento una prestación militar.En los pueblos que se fundan en las tierras reconquistadas, los caballeros —y no los magnates, quienes solían quedarse en áreas más antiguas— llegaron a dominar la vida política, social y cultural.[6] En el Señorío de Vizcaya y en Guipúzcoa existía también el llamado derecho de hidalguía universal, en virtud del cual todos los vizcaínos y todos los guipuzcoanos nacían hidalgos.Como contrapartida, entre otros privilegios, estaba exento de pago de ciertos tributos (el pecho, por ejemplo, por lo que se les contraponía a los pecheros) y se les daba el permiso exclusivo para poseer y criar palomares, como asimismo a los conventos.Esos privilegios diferenciados también servían para clasificar a diferentes tipos de hidalgos: en Castilla, los hidalgos de devengar quinientos sueldos eran los que por fuero inmemorial tenían derecho a cobrar 500 sueldos como satisfacción de las injurias que se les hacían, en lo que parece ser una reminiscencia del antiguo derecho visigodo a recibir compensaciones económicas por no aplicar la Ley del Talión.Por este servicio estaban sus vecinos exentos de pechar ya que el dicho privilegio los hacía y tenía hidalgos.