Ihuatzio (sitio arqueológico)

Aunque es relativamente pequeño, son destacables las pirámides dedicadas a Curicaueri y Xaratanga.

[1]​ El nombre Ihuatzio proviene del vocablo purépecha Hihuatsi, que significa ‘lugar de los coyotes’.

[6]​ En la época prehispánica hubo una serie de oleadas migratorias hacia la zona, incluidos los pueblos pirinda, nahua, huetamo, colima, purépecha y otros.

El territorio ha sido habitado por nahuas, otomíes, matlatzincas, pirindas y tecos además de purépechas.

[6]​ Antes del siglo XIII, tanto nahuas como purépechas habitaban el lugar, sustentándose de la agricultura y la pesca.

En el lago de Pátzcuaro se encontraron con gente con culturas similares a la suya pero más avanzadas técnica y socialmente.

Algunos dicen que vinieron del norte con los mexicas; otros afirman que vinieron del sur y tal vez están relacionados con los quechuas[9]​ de Ecuador, Bolivia y Perú.

[8]​ Greenberg lo asignó a la familia lingüística chibcha, pero esta propuesta fue rechazada por los especialistas.

Los purépecha fueron un grupo nómada que llegó a la cuenca del lago de Pátzcuaro.

Posteriormente, fueron obligados a abandonar el lugar y se dirigieron hacia la cuenca de Pátzcuaro.

Es particularmente digno de mención por estar entre las pocas civilizaciones mesoamericanas que utilizaron metal para herramientas y ornamentación.

Durante la primera etapa llegaron a la zona varios grupos de habla nahua.

Junto con Tzintzuntzan y Pátzcuaro, Ihuatzio figuraba entre los asentamientos tarascos más importantes.

[5]​ Cuando murió Tariácuri, Hiripan siguió las órdenes de su tío, se formaron tres reinos y construyó una casa en Ihuatzio.

Cuando iban a la guerra, el señor de Ihuatzio era quien arengaba a los soldados y cuando escogían un nuevo cazonci,[18]​ era uno de los integrantes del grupo que se reunía para discutir quién sería el próximo rey.

Esta plaza tiene dos estructuras rectangulares, también orientadas al este, asentadas sobre una plataforma común de 87 por 37.5 metros.

En los diferentes espacios de esta plaza se celebraban actividades ceremoniales, rituales y festividades.

El área abierta al público consta de un gran espacio cuadrangular delimitado por dos elementos llamados «huatziris» por la población local.

Estos elementos son amplios muros escalonados en ambos lados; el acceso a la parte superior se realizaba mediante una escalera empotrada.

Los huatziris o calzada amurallada (muro-calzada) es un elemento muy infrecuente en la arqueología del occidente de México.

Presenta una parte superior estucada, gradas escalonadas y una altura promedio de dos metros.

La parte superior del muro también fue terminada y tiene cuerpos escalonados, pero es más pequeña que los muros de la «Calzada del Rey» —descrita a continuación—; mide 2.5 metros de altura promedio; esta muralla rodea gran parte del asentamiento y tenía una doble función, servía de calzada y también como elemento defensivo.

El acabado fue con bloques tallados en piedra janamu,[21]​Janamu or Xanamu are red volcanic rock blocks, in Purépecha or tarascan language Xanamu means rough stone de los que sólo quedan algunas muestras.

Sin embargo, dada su ubicación estratégica, se supone que sirvió como observatorio o mirador del cosmos.

Lo único cierto es que no existen otras estructuras similares en todo Michoacán, ni sitios registrados en los estados de Guanajuato y Jalisco.

Pirámides de Ihuatzio.
Un incensario purépecha que muestra una deidad con un «tocado de Tláloc », 1350-1521 d. C.