Ambas iglesias forman un conjunto arquitectónico único que se ha convertido en el símbolo de la ciudad.
Se cree que en el siglo VIII, los monjes benedictinos fundaron en la cercana colina de Petersberg un monasterio dedicado a San Pedro.
Al parecer, en el año 708 se habría fundado en el Domberg un monasterio de la rama femenina de la orden, dedicado a San Pablo, cuya construcción se atribuye a San Bonifacio.
Posteriormente, la iglesia conocida como Hohes Münster ("catedral alta") fue demolida y reconstruida en el mismo emplazamiento en menor tamaño.
En 1238, una indulgencia menciona un proyecto para construir un nuevo edificio, pero éste no se inició hasta la década de 1270.
[2] Las fuentes describen que la iglesia "amenazaba ruina" o incluso se habría venido abajo.
Estas indulgencias también indican que el nuevo templo iba a ser particularmente imponente.
Es probable que en aquella época también se añadiera la torre central sobreelevada con el campanario, y la flecha está fechada en 1494.
Cuando las alas laterales están cerradas, se puede ver la Anunciación por el Arcángel Gabriel.
En documentos publicados se menciona en dos ocasiones la existencia de un claustro, en 1317 y 1363, si bien en la actualidad se tiende a considerar que la iglesia gótica de Severo nunca llegó a tener un claustro completamente desarrollado.
Sólo habría habido espacio para éste en el lado norte, pero no existen vestigios del mismo en ninguna parte, y tampoco hay constancia de que se hubiera demolido.
Tras el incendio de 1472, se construyó un deambulatorio en el lado oeste de la iglesia y frente a la esquina suroeste, intervención que quizás se limitara a restaurar un estado anterior y no introdujera modificaciones significativas.
El maestro del altar fue el tallista Johann Andreas Gröber (1644-1709), que vivió en Heiligenstadt desde aproximadamente 1671 hasta su muerte.
En 1811, en la época del dominio napoleónico, la iglesia se puso a la venta para su demolición en el boletín de anuncios Erfurtisches Intelligenzblatt a instancias del propio Napoleón, pero al no presentarse ningún comprador se conservó.
Aquí fueron presumiblemente enterrados y venerados en la parte occidental de un edificio previo a la actual iglesia.
La reconstrucción de la iglesia obligó a remodelar también la tumba, que siguió estando en una ubicación central, presumiblemente próxima al coro oeste.
Tras el incendio, la losa superior original se utilizó para el altar de San Severo, en el brazo del transepto sur.
Los cuatro paneles en relieve de las paredes laterales se elaboraron entre 1360 y 1370, aproximadamente.