La homosexualidad en los pueblos precolombinos es poco conocida debido a que históricamente ha sido un tema objeto de la censura homofóbica.
A pesar de que los misioneros y colonizadores europeos definían comúnmente a los amerindios como culturas primitivas sin un orden social claramente establecido, permitiendo así conductas promiscuas calificadas como herejías por las autoridades eclesiásticas de la época, muchas sociedades indígenas castigaban fuertemente el adulterio (incluso si era permitida la poligamia), la violación, la prostitución, el incesto y la pedofilia, no así la homosexualidad como un acto entre adultos y por mutuo consentimiento.
Se sabe de fiestas sexuales entre los mayas que incluían el sexo homosexual.
[5][6] La sociedad maya consideraba la homosexualidad preferible al sexo prematrimonial heterosexual, por lo que los nobles conseguían esclavos sexuales para sus hijos.
[5] Por otro lado los mexicas o aztecas parecen haber integrado la homosexualidad, ya que algunos de sus rituales públicos tenían tintes homoeróticos.
[6] El que Xochipilli fuera invocado como patrón de los homosexuales y prostitutos masculinos nos da la idea de que pudieron existir rituales completamente homoeróticos, o incluso un sacerdocio y liturgia completamente homosexual.
[10][11] Asimismo, los incas tenían una consideración particular con las lesbianas a quienes denominaban holjoshta.
[12] Sin embargo, en el centro y sur del imperio los incas castigaban severamente la homosexualidad.