[1] El término agrupa a las especies consideradas humanas o que llevan el apelativo de "hombre", por lo que incluye al ser humano moderno (Homo sapiens) y a sus más cercanos parientes.
Entre las características que llevaron a separar Homo habilis del género Australopithecus destacan el tamaño del cráneo y, más importante aún, la capacidad de crear herramientas y conservarlas para un futuro uso.
Por otro lado, estas interpretaciones son temporales y dependen de las investigaciones sobre los hallazgos fósiles encontrados hasta ahora, por lo cual, los nuevos descubrimientos producirán, inevitablemente, cambios en las teorías sobre la evolución humana desarrolladas sucesivamente.
Aun así, se expone a continuación una versión más o menos aceptada por la mayoría de la comunidad académica.
[4] Sin embargo, a pesar de la aparente superioridad tecnológica del Homo habilis sobre sus antecesores, las diferencias anatómicas eran relativamente escasas, aunque poseían un cerebro ligeramente más grande que los homininos anteriores.
Según las hipótesis tradicionales, el H. habilis evolucionó hace unos 1,5 millones de años hacia el Homo erectus, especie que llegó a habitar gran parte del Viejo Mundo, desde África hasta China e Indonesia.
[12] H. erectus comenzó a ser remplazado por formas arcaicas de Homo sapiens entre hace 400 y 250 mil años en distintas zonas geográficas.