Los humanos arcaicos se distinguen de los anatómicamente modernos por tener un grueso cráneo, un arco superciliar prominente y una barbilla poco acentuada.
No obstante, según estudios genéticos recientes, los humanos modernos podrían haber procreado con al menos dos grupos de humanos antiguos: los neandertales y el homínido de Denísova.
[7] Otros científicos son escépticos, y consideran que los únicos rasgos comunes entran dentro de las variaciones previsibles en las poblaciones humanas.
[1] Según una definición, Homo sapiens es una sola especie que comprende varias subespecies de humanos modernos y arcaicos.
No obstante, estos primeros humanos modernos exhiben una mezcla de rasgos, por ejemplo, arcos superciliares poco prominentes.
[11] Robin Dunbar argumenta que los humanos arcaicos fueron los primeros en utilizar el lenguaje.