Más tarde se comprobó que dependía de una intolerancia permanente a la gliadina (principal fracción tóxica del gluten, presente en el trigo, cebada, centeno, avena y todas sus variedades e híbridos).
Actualmente, se conoce su carácter autoinmune sistémico, ya que la respuesta inmunitaria anormal causada por el gluten puede atacar a cualquier parte del organismo.
[4] En 1884, Louis Dühring describió por primera vez la dermatitis herpetiforme (DH), aunque sin una clara delimitación de otras enfermedades cutáneas que cursan con ampollas.
[4] En 1888, Samuel Gee en Gran Bretaña, hizo la primera descripción clínica de la enfermedad celíaca, realizada con gran rigor y mucho detalle, sugiriendo que «si el paciente puede ser curado por completo, debe ser por medio de la dieta».
[4] La atrofia vellositaria fue descrita por el médico británico John W. Paulley en 1954 en muestras tomadas de una cirugía.
[4] La tendencia familiar a desarrollar la enfermedad celíaca llevó al estudio de marcadores genéticos.
La presencia de anticuerpos anti-TGt en la mucosa del intestino, que parece preceder a su presencia en el suero sanguíneo, es un nuevo método diagnóstico que puede ayudar a detectar la enfermedad celíaca, pero es una técnica compleja y su empleo todavía no está generalizado en la práctica clínica.