En 1944, Hidroeléctrica Ibérica se fusionó con Saltos del Duero, que había sido fundada en 1918 para explotar el aprovechamiento hidroeléctrico del río Duero en su tramo fronterizo con Portugal.
[4] A las concesiones iniciales se sumaron rápidamente otras en los ríos Leizarán, Urdón, Mijares, Júcar y Segre, y posteriormente en el Tajo para acometer el suministro también a Madrid.
A cambio, la nueva empresa recibía de la Ibérica sus concesiones en el río Tajo y el embalse del Molinar con su central hidroeléctrica del Molinar en Villa de Ves (Albacete).
Además, puso en marcha su primera gran instalación termoeléctrica, la central térmica de Burceña en Baracaldo.
[8] Esta nueva sociedad, con su embalse de Ricobayo en aguas del Esla como principal activo, supuso una importante competencia para Ibérica al convertirse en productora predominante.