Helenismo (lingüística)

Tras el latín, el griego es el idioma que más palabras ha aportado al castellano moderno, un 15 %[2]​ [página requerida] a 20 %[3]​ del léxico.

Por ejemplo, el griego metamorfosis, compuesto por el prefijo meta-, la raíz morfo y el sufijo -sis, se tradujo en latín por transformatio, compuesto de la traducción del prefijo griego meta- por su correspondiente latino, trans-, del lexema latino forma, equivalente al griego morfo, y del sufijo latino -tio, que posee idénticas funciones que el griego -osis, lo que redunda en el doblete castellano metamorfosis/transformación.

Los helenismos ofrecen algunos problemas en su adaptación a la lengua española, especialmente en fonética y morfología.

El castellano clásico del siglo XVII solucionaba el problema adoptando un singular sin -s: crisi, phrasi, éxtasi... pero esto iba contra la etimología.

Otro problema lo ofrecen las palabras terminadas en -ma, que en griego son neutras, pero en el castellano clásico del Siglo de Oro vacilaba su género: el/la reuma, el/la fantasma, el/la cisma...