[3] Numerosas investigaciones, como la publicada en 2014 por los astrofísicos René Heller y John Armstrong en la revista Astrobiology, sugieren que podrían ser más hospitalarias para la vida que los análogos solares por sus niveles de radiación ultravioleta, estabilidad, ciclo vital y ubicuidad.
[3] Sin embargo, este último punto no es tan trascendente en las enanas naranjas como en las rojas, puesto que son considerablemente más estables.
Como referencia, concluyen que cualquier objeto de masa terrestre situado en la órbita de una estrella similar al Sol a una distancia inferior a 0.8 UA, la perdería por completo.
[19] Transcurrido este periodo, se mantienen estables durante prácticamente toda la secuencia principal.
En estrellas tipo K, las plantas probablemente adoptarían un tono naranja o rojo.
[23] Este método favorece el hallazgo de cuerpos planetarios con una órbita corta que pasan frecuentemente frente a su estrella.
Por tanto, la mayor parte de los objetos descubiertos por el telescopio son extremadamente cálidos y suelen pertenecer a estrellas tipo K y M, cuyos planetas tienen generalmente un año más corto.