En 1906 se produjo una invasión de emigrados políticos que vivían en México y El Salvador.
Entonces empezó a decir a los emigrados guatemaltecos que iba a debilitar al presidente guatemalteco; al enterarse de esta situación, el presidente salvadoreño Pedro José Escalón encontró el medio perfecto para deshacerse de Regalado, quien en realidad gobernaba El Salvador y lo opacaba en la primera magistratura de ese país.
Escalón entró en componendas con Estrada Cabrera y le telegrafió constantemente todos los movimientos del futuro invasor.
[6] Ese mismo día se emitió el decreto número 662, en donde todos los varones sin legítima excepción comprendidos entre los 18 y los 50 años de edad, debían presentarse a su cuartel más próximo y si no lo hacían, serían procesados por traición.
El Día 17 del Mismo mes corría un armisticio entre ambas fuerzas pero a las 6 de la mañana los guatemaltecos, con alrededor de 6000 hombres mandados por el general Miguel Lavarre atacaron todas las posiciones salvadoreñas; por el norte fueron defendidas por el coronel José Manuel Duron y el mayor Liberato Mendoza; en el Sur fueron Defendidas por Tenientes-Coroneles Antonio Romero y Gregorio Bustamante,En Oeste el Cerro "Las Margaritas", Fue ocupado por los Teniente-Coroneles Felipe Figueroa y Manuel Fiallos y el centro por la fuerza vicentina, la Escuela Politécnica y una selecta Plana Mayor, por el chileno Coronel Carlos Ibáñez,que rechazaron bravamente a los guatemaltecos, dejando en el campo muchos muertos, un considerable numero de prisioneros y algunos elementos de guerra en poder de los vencedores salvadoreños.
[2]: 101 Las fuentes Salvadoreñas Estiman que las Pérdidas Guatemaltecas fueron 2000 Bajas durante la Batalla,[11] El Combate de "Platanar" y "Las Escobas" fue una Victoria Desiciva para las Fuerzas de el Salvador donde el Ejército Guatemalteco quedó con la Moral completamente Destrozada y salió Completamente Derrotado con Altas Pérdidas.Después de eso las Fuerzas Guatemaltecas regresan a Su Pais derrotados y con la Moral Destrozada.
En consecuencia, concentrarán a sus ejércitos dentro de tres días contados desde el siguiente al en que se ha firmado la presente convención y procederán a su desarme dentro de los ocho días subsiguientes, quedando únicamente las guarniciones que ordinariamente se mantienen en sus poblaciones y las escoltas ambulantes que funcionan para servicios de policía.
Segunda: Los gobiernos contratantes se entregarán recíprocamente los prisioneros de guerra y asistirán gratuitamente a los heridos que haya en sus respectivos territorios hasta que ellos mismos puedan regresar a sus hogares o sean reclamados por sus respectivos gobiernos.