Y en cuanto a imágenes, presenta numerosas fotografías del reconocido artista guatemalteco Alberto G. Valdeavellano.
Cuando la construcción parecía que iba a concluirse felizmente, Reina Barrios organizó la Exposición Centroamericana para 1897, principalmente para mostrar a potenciales inversionistas extranjeros la infraestructura ferroviaria de Guatemala, que -de haberse concluido- habría competido con un canal interoceánico que todavía no se había construido.
Grande y Buen Amigo: Tanta honra como satisfacción me cabe al manifestar a Vuestra Excelencia que el Convenio de Paz y Arbitraje que se firmó a bordo del crucero americano Marblehead el 20 de julio anterior, fue oportunamente aprobado en todas sus partes por mi Gobierno y ha tenido ya la aprobación de la Asamblea Nacional Legislativa; lo cual no dudo será grato a Vuestra Excelencia que de modo tan generoso se sirvió dirigirme la iniciativa de este arreglo, que puso término muy digno a la emergencia entre esta República y las de El Salvador y Honduras».
[15] Los oficiales a cargo del Estado Mayor presidencial eran: general José María Orellana, coronel Mauro de León, tenientes coroneles Ernesto de León y Juan B. Arias, comandante Carlos Jurado, capitán Lisandro Anleu y Silvano Miralles.
[18] De acuerdo con el historiador conservador Rafael Arévalo Martínez en su obra ¡Ecce Pericles!
—en la que critica duramente el gobierno liberal de Estrada Cabrera—, las descripciones que se utilizaban en los medios oficiales para describir la relación entre el presidente y su madre contrastaban con la realidad: Joaquina Cabrera nunca se casó y tenía una relación muy tirante con su hijo, al que se negaba a abandona; incluso, cuando nació su hijo Manuel, abandonó a su bebé a las puertas de la casa del supuesto padre del niño y no fue sino hasta que este aceptó ayudarla un poco en la manutención que ella se hizo cargo de él.
[23] Las honras fúnebres se hicieron en el templo de Santo Domingo y dos horas después se despidió el cortejo, para trasladar el féretro a la estación del Ferrocarril Central, que la trasladó a Quetzaltenango con una comitiva de miembros del Consejo de Estado.
[33] Después fue ministro de Fomento del gobierno cabrerista y tenía una relación muy cordial con el presidente;[34] él mismo se lo relató al escritor conservador Arévalo Martínez, quien en ¡Ecce Pericles!
relata así lo que le dijo el exministro de Cabrera: «Me quería mucho.
Yo conocía el secreto de hacerlo sonreír y eso bastaba para que me perdonara muchos atrevimientos.
[34] Luego de que La Locomotora dejó de publicarse en 1909 continuó colaborando con el gobierno, y en 1911, cuando el gobierno del presidente estadounidense William Howard Taft no logró comprometer al gobierno guatemalteco a aceptar un préstamo oneroso, sirvió una importante misión diplomática ante el Secretario de Estado Philander C. Knox, para evitar que la administración norteamericana removiera a Estrada Cabrera de la presidencia.