El Imparcial fue un periódico guatemalteco fundado por Alejandro Córdova, David Vela Salvatierra y Porfirio Barba Jacob que circuló desde 1922 a 1985 y que contenía noticias nacionales, departamentales e internacionales además de una reconocida sección literaria -dirigida por el literato guatemalteco César Brañas-, un dietario con santoral, jubileo circular, farmacias de turno y tipo de cambio.
[5] Era un hombrecito fornido, con el pelo erizado y la cara oculta tras un ejemplar de El Imparcial, que representaba a un individuo cualquiera poniéndose al día con las noticias.
[5] Alejandro Córdova y David Vela Salvatierra le pidieron a Campins Raymundo que creara este personaje para exaltar el ingenio humorístico chapín y darle voz al hombre de la calle.
La principal razón era -según el gobierno- que «actividades insidiosas y antipatrióticas de ciertos elementos» tendían «a interrumpir la tranquilidad pública y el desarrollo del país», lo que, a la vez, imposibilitaba resolver el problema económico nacional.
Este fue motivo suficiente para que se desencadenara un debate en torno a la autoría de la obra.
Entre los periódicos que estuvieron implicados en la polémica están El Imparcial, Nuestro Diario y El Liberal Progresista, que aunque no eran estatales, usualmente ofrecían puntos de vista afines al oficialismo del general Ubico Castañeda.
[12] Los autores del atentado -Federico Paiz Madrid, Luis Ochoa del Cid y José Manuel Herrera Muñoz- corrieron hacia una camionetilla que los esperaba los esperaba Humberto Mendizábal Amado; se dirigieron al Tercer Destacamento de Policía, en el barrio de San Pedrito y dejaron abandonada la camionetilla.
[12] Con el nuevo Gobierno, la Policía Nacional fue sustituida por la Guardia Civil y prometieron capturar a los prófugos en el menor tiempo posible; el 22 de octubre, unos guardias que rondaban por Gerona vieron a un individuo sospechoso y lo reconocieron como Federico Paiz Madrid.
[12] En 1952, durante el gobierno del coronel Jacobo Arbenz Guzmán El Imparcial, La Hora, y Nuestro Diario, fueron blanco de ataques por su oposición al Decreto número 350, que determinaba el pago de impuestos sobre utilidades para las empresas de prensa y que estos periódicos guatemaltecos consideraban como una Ley Vengativa, ya que las empresas periodísticas quedaban clasificadas como lucrativas.
Casi inmediatamente, el Congreso recibió un anteproyecto de ley del Ejecutivo para regular las funciones de la prensa y son los diputados Francisco Villagrán y Mario Monteforte Toledo los que presentan la moción ante el Organismo Legislativo.