Guerra de sucesión eubeota

Guillermo II de Villehardouin, que en 1246 había sucedido a su hermano mayor como príncipe, era un gobernante muy enérgico, que quería ampliar y consolidar su dominio sobre los otros Estados latinos.

Los otros dos triarcas, Guglielmo I da Verona y Narzotto dalle Carceri, sin embargo, rechazaron esta pretensión.

En su lugar, cedieron la baronía de Carintana a su pariente Grapella dalle Carceri.

Obligados por sus juramentos de lealtad feudales, acudieron y fueron encarcelados por el príncipe aqueo.

«Movido por igual por la política y la simpatía», como afirma el historiador Guillermo Miller, Gradenigo consintió en concedérsela.

[8]​[9]​[10]​ Guillermo, actuando rápidamente para alcanzar sus pretensiones, ya se había apoderado de Negroponte.

El tratado entre Venecia y los triarcas se había firmado en la capital de Guido, Tebas, mientras que ayudaban a los venecianos en el cerco que estos mantenían de Negroponte.

Guillermo los persiguió y se preparó para poner sitio a la ciudad, pero cedió después de que el arzobispo latino y muchos de sus propios nobles se declararan favorables a mostrar generosidad con los enemigos y a poner fin al conflicto.

Guido de la Roche se presentó ante ella acompañado por sus propios caballeros, pero los barones reunidos decidieron que no tenían autoridad para juzgarlo, y remitieron el asunto al rey Luis IX de Francia (1226-1270).

[20]​ El tratado, firmado en la residencia del arzobispo de Tebas, esencialmente restauró el statu quo ante bellum: Guillermo reconoció a Guglielmo, Narzotto y Grapella como triarcas, y ellos a su vez le juraron lealtad.