Senna paró en la vuelta 26, manteniendo el primer lugar seguido de Patrese.
Con sólo un par de vueltas restantes, Senna había perdido la quinta y tercera marchas, lo que forzó al piloto brasileño a seguir la carrera en sexta marcha debiendo mantener la palanca de cambios en su lugar a la fuerza so pena de que su monoplaza se detuviese.
La diferencia entre Senna y Patrese cayó a menos de 10 segundos para la vuelta 67.
Al detener su monoplaza, no consiguió bajarse por cuenta propia, producto de la fiebre y calambres causados por el esfuerzo físico de mantener su McLaren bajo control.
En el podio, Senna alzó el trofeo de primer lugar visiblemente adolorido.