Su carrera profesional comenzó en 1976 cuando Gianni Bongioanni la inscribe para la miniserie de RAI Una mujer,[3] basada en la homónima novela de Sibilla Aleramo.
Poco tiempo después Elio Petri le confía un papel en Le mani sporche, que protagoniza junto a Marcello Mastroianni; también actuará con Alberto Sordi en Il malato immaginario, basada en la novela El enfermo imaginario de Molière.
[2] Su encuentro con Massimo Troisi, que le dio un papel en Perdón por el retraso (1983), la introdujo en el ambiente de la nueva generación de directores italianos.
Con Francesco Nuti rodaría la celebrada Io, Chiara e lo Scuro y la siguiente Casablanca Casablanca.
A lo largo de su carrera trabajó con directores como Pasquale Festa Campanile, Giuseppe Ferrara, Mario Monicelli o Carlo Lizzani, contando con numerosas actuaciones en el cine, la televisión y el teatro.