En muchos casos la puesta en escena del Giasone coincide con la apertura o con los primeros años de una actividad teatral regular y estable.
A ello se opone Cupido, porque el poder de celebrar bodas le pertenece.
Más aún cuando sólo hacía un año que acababa de tener gemelos con Hipsípila.
La jardinera Rosmina canta una canción de amor (“Per sanar quest' appettio”).
Los dos se marchan, dejando a Delfa filosofando en recitativo y aria estrófica (“Troppo soavi i gusti”) sobre la moral de una sociedad en la que las muchachas han de demostrar su capacidad como madres para casarse.
Hipsípila rechaza su consejo y se duerme, con lo cual Orestes, que mientras tanto ha vuelto, canta a su señora dormida con un aria (“Vaghi labri scoloriti”).
Son interrumpidos por Demo, que estaba lavando en la orilla y, aun tartamudeando, consigue contar lo ocurrido.
Orestes la oye por casualidad y adelanta lascivamente en un aria (“No è la più bel piacer”) lo que pasará después.
Medea, deseando averiguar si su rival ya está muerta, pregunta a Besso si las órdenes de Jasón han sido realizadas; siguiendo sus instrucciones, él la tira al mar.
Cuando llega Hipsípila y le hace la misma pregunta, Besso responde con ira “Torna una e Giason di/Ch'io el solo uccido una persona al dì “(“Dile a Jasón que yo sólo mató a una persona al día”), una frase que Cavalli realza poniéndola en un estilo de aria vivaz.
A juicio de Ellen Rosand , como ópera, Giasone representa la perfecta simbiosis entre música y drama.
Por otro lado en ella comienza a apreciarse una clara separación entre recitativo y aria: Los recitativos quedan reservados principalmente para la acción, mientras que las arias están destinadas a manifestar los momentos de tensión emocional.
Según Giovanni Mario Crescimbeni en su obra La belleza Della volgar poesía (1700), Il Giasone fue conocido como el drama musical más perfecto de su época.
En todo caso, son precisamente estos recursos (plenamente aceptados y justificados) los que le hacen merecedora de la buena reputación en su época.
Musicalmente se caracteriza por tener melodías silábicas de ámbito reducido, notas repetidas, textura homofónica, y frases cortas.
Muchas veces se incluyen pasajes instrumentales para acompañar las situaciones cómicas de la escena.
En Giasone podemos observar estas características en el aria de la nodriza Delfa “È follia” (acto 3 escena 10).
Aunque en 1649 la trompeta aún no estaba muy asentada como integrante de la orquesta, se usa en el Giasone en dos ocasiones.
Además se consigue una mayor sensación de unidad porque normalmente los dos cantantes son sopranos (el hombre podía ser un castrado).
Suelen estar acompañadas por efectos visuales y melodías reiteradas con un ritmo ostinato marcado.
En el Giasone esta escena es doblemente arquetípica, porque cuando Medea invoca a Vulcano (aria “Dell'antro magico”, Acto 1 escena 15) utiliza un tipo de verso ya empleado para este tipo de situaciones en el teatro hablado: Los conocidos como sdruccioli-frases con el acento en la antepenúltima sílaba- que Cavalli hace coincidir con la rítmica musical, dentro de un cierto estilo coral.
Tuvo una gran aceptación porque su misma naturaleza permite libertad para expresarse musical y dramáticamente.
En Giasone este arquetipo musical es empleado cuando Jasón trata de convencer a Medea de que Hipsípila está loca y cree equivocadamente que es su esposa (final del acto segundo).
Según afirma Kathleen Kuzmick , es altamente probable que en el estreno de Giasone se incluyeran dos diferentes ballets acompañantes en los finales del primer y segundo actos.