Germinación

La germinación (del latín germinatio, -ōnis[1]​) es el proceso mediante el cual un embrión se desarrolla hasta convertirse en una planta.En este periodo, la semilla pierde la mayor parte de la humedad que tenía.Las condiciones determinantes del medio son: El agua, oxígeno, y temperatura apropiada.El agua hace que la semilla se hinche, a veces hasta el extremo de rasgar la envoltura externa.Diversas enzimas descomponen los nutrientes almacenados en el endospermo o en los cotiledones en sustancias más sencillas que son transportadas por el interior del embrión hacia los centros de crecimiento.El oxígeno absorbido permite a la semilla extraer la energía contenida en estos azúcares de reserva, y así poder iniciar el crecimiento.Forma pelos radicales que absorben agua y sujetan el embrión al suelo.[2]​ En las plántulas hipogeas, los cotiledones permanecen enterrados; únicamente la plúmula atraviesa el suelo.Para que la germinación pueda producirse son necesarios algunos factores externos, como un sustrato húmedo, suficiente disponibilidad de oxígeno que permita la respiración aerobia, y una temperatura adecuada para los distintos procesos metabólicos.Es importante, conocer y controlar las plagas que puedan atacar a la futura planta.
Semillas de girasol , solamente tres días después de la germinación.
Lapso de tiempo de girasol con sección transversal del suelo. Mostrando cómo crecen las raíces y la parte superior de la planta.
Imagen que describe la diferencia entre la germinación epígea e hipogea en las plantas
Germinación hipogética de la flor de dicotiledónea/dicotiledónea (Magnoliopsida)