En 1834 se instaló otra fuente en el paseo de Recoletos, dentro del conjunto entonces conocido como Jardín de las Delicias.
Esta nueva fuente, que suele confundirse en ocasiones con la primitiva de Juan de Aranda, puede ser la de traza dieciochesca que Lazcano sitúa en el jardín del Conde de Baños cuando quedó agregado al conjunto urbano del mencionado paseo.
[4] La fuente barroca, al desmantelarse el mencionado Jardín de las Delicias e integrarse en la urbanización del paseo de Recoletos, quedó al pie del circo ecuestre que Thomas Price encargó en 1868 al arquitecto Pedro Vidal (un gran barracón de madera en torno a una pista circular).
[a][5] Por su parte, Pedro de Répide, hacia 1920, menciona una fuente ya desaparecida que estuvo «delante del Príncipe Alfonso».
En 1984, la frágil y castiza diosa fue víctima de un acto vandálico, que la partió en varios trozos.