Después de que su padre (que había apoyado a un contendiente francés perdedor en las elecciones imperiales) fuera exiliado y se radicara en París en 1521, sus dos hermanos mayores, Otón y Ernesto el Confesor, gobernaron el ducado de Celle, gravemente endeudado.
Hicieron acuerdos para que su hermano, Francisco, que era demasiado joven para compartir el poder, tuviera una educación profesional y, a la edad de 16 años, lo enviaron a la Universidad de Wittenberg.
Allí quedó impresionado por la extravagante vida cortesana de la corte real con sus banquetes, caza y viajes.
A su regreso, Francisco no mostró interés en las responsabilidades reales que se esperaban de él.
A modo de arreglo, insistió en tener su propio ducado y presionó por una división del territorio.
La causa fue una infección en su pie que no cicatrizó y ni siquiera una amputación pudo salvarle la vida.