La ciudad está rodeada por cuatro lagos, por esto se llama Inselstadt o ciudad-isla.
Enrique el León se convirtió en el gobernador de la ciudad en 1143 y creó un obispado en 1154.
Enrique también contribuyó a la construcción de catedrales en Lübeck y Brunswick, donde aún se conservan sus restos.
Más tarde la ciudad se convirtió en un principado encabezado por un obispo que tenía derecho a voto en la Dieta Imperial.
Fue casi completamente destruida en 1693, cuando Cristián V de Dinamarca la redujo a escombros mediante bombardeos.