Dio crédito a la Madonna della Ghiara, y así nació la devoción que mantuvo toda la familia Este: su efigie también fue reproducida en diversas monedas.
Se fue entonces a Madrid para obtener recompensa por la alianza; regresó con las manos vacías, sin siquiera cobrar viejas deudas.
Líder de gran audacia, mantuvo, sin embargo, una rectitud moral y una religiosidad poco común entre los príncipes de la época; le encantaba donar sin que le pesara y conocer a aquellos quienes gratificaba.
Módena se convirtió en una capital real gracias a su trabajo: construyó, además del Palacio Ducal, el Teatro della Spelta (3.000 asientos), un puerto en un ampliado canal Naviglio y la restauración de la Cittadella.
Construyó la suntuosa villa de Pentetorri, que fue luego completamente destruida por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial.