[5] Hacia el siglo XV se iniciaron en la Iglesia católica muchos movimientos de reformas.Esta distancia terminó en una separación definitiva el 29 de mayo de 1517, cuando el papa León X, con la bula Ite vos in vineam meam, decidió instituir dos órdenes religiosas bajo dos gobiernos generales.[7] Mientras tanto, en Italia, apoyados por el papa Sixto V, mantuvieron la autonomía, aunque con cierto rechazo durante el siglo XVII.En los demás países quedaba una presencia efímera que se iba consumiendo.La sede central o curia general se encuentra en la Basílica de los Santos Apóstoles en Roma.Por esto, la Orden franciscana tiene a la Inmaculada Concepción por Reina y Patrona.[13] Basados en este carisma y espiritualidad, los franciscanos conventuales están comprometidos con una gama variada de actividades apostólicas, que son expresión de su vocación y misión en la Iglesia.[1] A lo largo del tiempo algunos frailes menores conventuales se han distinguido por sus contribuciones al mundo de las artes, las ciencias y las literatura.La familia de los frailes menores conventuales se considera, en continuidad histórica y espiritual, la original Orden Menor fundada por Francisco de Asís y, en consecuencia, se siente ligada a todos los santos y personajes ilustres que la Orden ha dado antes de la división, entre ellos evidentemente al fundador.Tras la división de 1517, no han faltado santos reconocidos y venerados por la Iglesia.Entre los primeros destaca José de Cupertino, canonizado en el siglo XVIII y, más recientemente, Maximiliano Kolbe y Francisco Antonio Fasani, canonizados por Juan Pablo II.Los beatos Buenaventura de Potenza, Rafael Chyliński, Antonio Lucci, los mártires de la revolución francesa (Juan Francisco Burté, Juan Bautista Triquerie, Nicolás Savouret y Luis Armando Adam), los siete mártires polacos, los cinco de la Guerra civil española los dos polacos asesinados en Perú (Miguel Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski) y el italiano también asesinado en Perú (Alessandro Dordi).
Un joven franciscano conventual con el hábito tradicional de la orden.
San Antonio de Padua con el Niño Jesús
, obra de
Francisco Goya
.
Antonio de Padua
, venerado como santo en la
Iglesia católica
, es quizás el franciscano más famoso luego de la fundación. Al pertenecer al periodo fundacional es considerado por los conventuales parte de su patrimonio. Ellos regentan la
Basílica
en
Padua
, donde reposan los restos del santo.