Es venerado en la Iglesia católica como beato, cuya memoria celebra el 1 de febrero.
Allí pasó toda su vida entregado a la oración y la penitencia.
Inmediatamente después de su muerte se comenzó a tributarle un culto popular.
[3] El Martirologio romano recuerda la memoria del beato Andrés Conti el 1 de febrero.
[3] Andrés Conti es representado normalmente con un capelo cardenalicio en sus pies, como signo del rechazo a la propuesta del papa Bonifacio VIII que le había ofrecida elevarlo a la dignidad de cardenal.