Odorico de Pordenone

Su viaje se conoce a partir de documentos eclesiásticos como la Relatio o la Chronica XXIV Generalium Ordinis Minorum, traducidas al italiano, francés y alemán.En sus crónicas distingue a los pobladores no católicos por su fe religiosa: sarracenos (musulmanes), judíos, cristianos nestorianos e idólatras (hinduistas, budistas, politeístas, etc); describiendo a todos estos de manera invariable con cualidades primitivas, malignas y/o aberrantes.Oderico desenterró esos restos óseos y los llevó consigo a partir de ese momento.Visitó Malabar, Pandarani (20 km al norte de Calicut), Cranganore y Kulam o Quilon.Más tarde, fue a Fuzhou y Zhejiang, pasando por Hangzhou, entonces conocida como Cansay, Khanzai o Quinsai (Residencia Real).Desde allí, volvió a Persia cruzando la tierra de los asesinos en los montes Elburz.El viaje de Odorico se da en el contexto de las iniciativas diplomáticas iniciadas por el papa Inocencio IV que envió embajadores franciscanos al Imperio mongol en 1254, fundándose en los años siguiente algunos conventos en Asia.La esposa entonces afirmó que los frailes fueron testigos del problema y fueron llamados a testificar.Sus restos se dice que fueron recuperados por cristianos locales y utilizados por Odorico años más tarde para usarlos como instrumentos de invocación de vientos marinos entre otras cualidades ficticias.[5]​ Los acontecimientos fueron la base de la santificación de estos frailes por la iglesia católica, sin embargo, el conflicto entre religiosos cristianos y musulmanes es improbable ya que India en ese tiempo era regida en su mayoría por religiosos locales y no musulmanes.
Partida de Odorico de Pordenone
Odorico de Pordenone predicando en China