Jacobo de Strepa

Es venerado como beato en la Iglesia católica, cuya fiesta celebra el 20 de octubre.

[2]​ Para todo ello usó las rentas del obispado, viviendo él, con un mínimo de ellas.

En su escudo y anillo episcopal colocó la imagen de María, difundió el rezo del rosario y otras devociones marianas e instituyó la adoración perpetua.

En este cargo civil se destacó por intentar detener, en el territorio polaco, las incursiones de los bárbaros.

El papa Benedicto XVI envió como legado extraordinario para dicha celebración al cardenal Jozef Tomko.