Francesco fue educado en la corte bajo la tutela de Antonio di Sessa y de Rutilio Zeno, y mantuvo estrecho contacto con Diomede Carafa, que fue para él una gran influencia.
[4] Fue durante su estancia allí cuando se concertó su matrimonio con Isabella, hija del príncipe de Altamura Pirro del Balzo, en un intento por atraer al príncipe a la fidelidad a la corona y por asegurar que tras su muerte sus feudos revirtieran a la Casa de Aragón.
[5][6] En los años anteriores el rey Ferdinando y su hijo Alfonso habían practicado una política centralizadora para aminorar el poder de los barones feudales y habían cargado a todo el reino con unos impuestos excesivos; las relaciones con Roma tampoco eran buenas, pues el rey se obstinaba en no pagar el censo debido a la Santa Sede,[a] en usurpar su autoridad para el nombramiento de prelados y en imponer tributos al clero, y ahora el papa Inocencio VIII y los barones napolitanos hacían causa común en una guerra inminente.
[7][8] En diciembre Francesco viajó a Roma junto a su hermano Giovanni y al cardenal Ascanio Sforza para representar una embajada de reconciliación con el papa, que no consiguió los objetivos buscados.
El año siguiente regresó al frente de siete escuadras para proseguir las acciones militares.