Fidel Fita

Pero las ambiciones lingüísticas de Fita iban más allá: partidario de la corriente del vasco-iberismo defendida por Wilhelm von Humboldt y, quizá influenciado por Jacobo Zóbel y Zangróniz se preocupó también por las inscripciones prerromanas y fue el primero en publicar el bronce de Luzaga (Hübner MLI XXXV) sobre cuya transcripción consultaría a Zóbel.

No se interesó, sin embargo, por los testimonios de la lengua y escritura griegas en la península ibérica.

Pero donde mejor se refleja su producción científica es en el Boletín de la Academia, en el que publicaría en torno a setecientos artículos, de los cuales casi un tercio tratan sobre epigrafía, y del que sería nombrado director en 1883.

Amistó con aristócratas como el marqués de Monsalud, gran aficionado a las antigüedades, arqueólogos como Jorge Bonsor, ingenieros como Horace Sandars, pero sobre todo con Emil Hübner que en aquellos momentos había publicado ya el volumen II del Corpus Inscriptionum Latinarum (1869) así como las Inscriptiones Hispaniae Christianae (1871) y, en vista de todos los nuevos descubrimientos, se veía en la necesidad de publicar un suplemento a CIL II.

Por eso poseen más rigor sus trabajos sobre Madrid y su provincia, ya que en esa esfera se dieron los escasos viajes por él realizados.

También fue a ver una estela descubierta en Arganda del Rey y la publicó en el Boletín en 1891.