Su objetivo de ventas inicial eran 50.000 unidades al año.
Fiat retornó al segmento D en 2005 con el lanzamiento del segundo Croma (proyecto 194), presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra comenzando su producción ese mismo año en la fábrica italiana de Fiat Cassino en Lacio.
Su frontal se rediseñó, resultando totalmente distinto al anterior, asemejándose al Fiat Bravo y haciendo el coche algo más largo (4.783 mm).
Por la forma no se puede hablar de monovolumen, ya que sus dos volúmenes están muy diferenciados, pero por la altura sí se asemeja a este tipo de vehículos.
Su plataforma es un legado de la antigua alianza Fiat-General Motors y se comparte con los Cadillac BLS, Opel Vectra, Opel Signum y Saab 9-3.