Se licenció con premio extraordinario en Historia en 1932 y se doctoró en 1933, tomando parte en el famoso crucero universitario de 1933, sacó la oposición de profesor de historia y geografía en ese mismo año y fue destinado a Plasencia; luego se licenció en Derecho en 1940.
Su tesis doctoral trataba sobre la opinión pública española durante la Constitución de 1812.
Tras ser miliciano en la Guerra Civil a favor de la República, a mediados de los años cuarenta logró retomar su cargo de profesor de Geografía e Historia en varios institutos de Secundaria: Toledo (Instituto Santa Isabel), Madrid (Instituto Isabel la Católica, ya como catedrático) y Plasencia (Instituto Saavedra Fajardo, y enseñó además en la Universidad de Murcia varios años desde 1945.
En su muy larga vida (alcanzó los 101 años, y aún continuaban publicándose escritos suyos en el siglo XXI) se consagró en especial al estudio de la historia, geografía, sociedad, toponimia y heráldica de los pueblos y comarcas de La Mancha toledana y regiones limítrofes, escribiendo miles de artículos y decenas de libros sobre La Sagra, La Jara, La Sisla, el Campo del Arañuelo, El Alcor, El Berrocal, Las Mondas, Talavera de la Reina, Carranque, Belvís, la Sierra de San Vicente, El Horcajo, los señoríos de Escalona, Montalbán, Valdepusa y Valdeverdeja, los Montes de Toledo, la Mesa de Ocaña, etcétera.
Colaboró en las publicaciones Hispania, Estudios Geográficos, Al Ándalus, Cuadernos de Estudios Manchegos, Toletum, Balbuena, Anales Toledanos, Alcalibe, Cuaderna, Anales de la Universidad de Murcia, Monteagudo, Ayer y Hoy, Añil y en los periódicos La Voz del Tajo y El Alcázar con artículos de divulgación.