Federico Oliver Crespo
Su amistad con los dramaturgos hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, quienes le instigaban a escribir, le fue llevando al mundo del teatro, aunque su relación con la farándula no se redujo a su faceta creativa, ya que fue director artístico de la compañía de su esposa, la actriz Carmen Cobeña.El éxito de su primera pieza La muralla (1898), donde esta actriz trabajaba, le llevó a consagrarse por entero al teatro.Se casó en 1903 y formó ese mismo año con su esposa una compañía que llevó a la escena numerosas obras de autores españoles, entre ellos Benito Pérez Galdós (Casandra), Miguel de Unamuno (La esfinge), Jacinto Benavente (Señora ama) y José López Pinillos (Hacia la dicha y La otra vida), así como la primera versión contemporánea de La Celestina de Fernando de Rojas en 1909, arreglada por el crítico Francisco Fernández Villegas "Zeda".En el campo de la comedia burguesa, destacan piezas como El azar (1926), Lo que ellas quieren (1926), Oro molido (1928) y, sobre todo, Han matado a Don Juan (1929), una versión desmitificadora, en clave política, del mito del eterno seductor sevillano.Oliver cultivó también la poesía y el ensayo; la necrológica del ABC destaca en particular sus versos sobre gitanismo.