Fueron los últimos representantes de la pintura catalana cuatrocentista, sin proyección hacia el futuro, ya que las nuevas tendencias pictóricas no encontraron en Cataluña un terreno donde desarrollarse.
Las relaciones entre ambas partes son conocidas desde que Huguet fue testigo del primer casamiento de Jaime Vergós (II).
Jaume Vergós (I) es conocido como pintor de cortinas y paños funerarios desde 1422.
Participó con otros pintores en la decoración pictórica del Palacio Real de Barcelona en 1464.
[2] Su obra pictórica posterior ha llegado siempre referenciada en asociación con los sus hijos o de otros artistas.
Trabajó solo, con su padre y hermano, o con otros artistas en el entorno del taller de Jaume Huguet.