La Garriga es conocida en toda Cataluña por su industria más importante, los muebles, por sus aguas termales, por sus edificios modernistas y por las alfombras que se realizan durante la fiesta del Corpus Christi.
El topónimo deriva de la coscoja, en catalán garric (Quercus coccifera), que forma una comunidad llamada garriga.
Los primeros habitantes datados, los romanos, le pusieron el nombre por lo abundante que es esta planta.
El término está atravesado, de norte a sur, por el río Congost, un afluente del Besós.
De planta prerrománica, en el edificio destaca arquitectónicamente la portada del siglo XII.