Fue una desdicha que, por falta de fondos, el doctorado no haya podido iniciarse entonces.
Por esos años la escuela contaba con poco más de 600 estudiantes.
No es posible hablar de enseñanza de la ingeniería química en México sin hacer mención del ingeniero Estanislao Ramírez, pionero en México en esta disciplina.
Hoy tampoco puede hablarse de este tema sin mencionar a Alberto Urbina del Razo, profesor también en ambas instituciones, la Universidad Nacional y en el Instituto Politécnico Nacional, muy querido y recordado por todos sus alumnos, por la calidad de sus clases.
Urbina se formó como ingeniero químico en la misma escuela de Tacuba, a la que ingresó en 1928.
La labor académica que a lo largo de este tiempo ha llevado a cabo la Facultad de Química, le ha servido para obtener el prestigio y reconocimiento internacional del que ahora goza.