Este concepto pudo surgir debido a que en la antigüedad los servidores eran marcados como señal de propiedad.
Además, en 2019 el papa Francisco canonizó a la costurera suiza santa Margarita Bays, quien también sufrió estigmas.
A ella se le une Santa Mariam Thresia Chiramel, canonizada ese mismo día.
Uno de ellos fue el hermano León, permitiéndole que le tocara sus llagas cuando le cambiaba las vendas manchadas con su sangre, lo cual era para Fray León un gozoso y a la vez doloroso rito.
Francisco, celoso de que nadie se percatara de sus estigmas -un privilegio del que se consideraba a sí mismo indigno-, llegó a tener con el hermano León esta delicadeza excepcional: una vez, colocó con amor su mano llagada sobre el corazón del hermano León.