Pasó los últimos treinta y nueve años de su vida soportando un gran sufrimiento.
Aun así, sigue siendo popular en Viterbo, Narni y Ferrara por su pureza de mente y por la fe que demostró.
Fue publicado en Roma en abril de 2011 por E. Ann Matter e Gabriella Zarri en un libro titulado: Una mística cuestionada: la vida de Lucía de Narni entre la hagiografía y la biografía.
Las dominicas la consideran santa, sin embargo, fue el Papa Clemente IX quien aprobó su culto, mientras que el Papa Benedicto XIII extendió su memoria a toda la orden dominica, y a las ciudades de Ferrara, Viterbo y Narni.
Se le venera el 16 de noviembre.