[4] Vivió durante 40 años[cita requerida] sin comer ni beber, solo con la Eucaristía, caso también muy evaluado.Postrada en cama y en razón de su inmovilidad, desarrolló llagas horribles que a veces dejaban el hueso expuesto.Teresa Neumann le había estado rezando novenas antes de este día.Estando preparada para la cirugía, tuvo convulsiones violentas y elevó los ojos al techo diciendo finalmente, "sí".Adujo que la herida también reapareció el viernes de la semana siguiente.Como se observó que tenía sangre en la ropa, ya no trató de mantener en secreto la información.Según el autor Albert Paul Schimberg, muchas personas vieron salir la sangre de sus heridas y estos testigos no se limitaban a su familia inmediata y al párroco Josef Naber.Durante varios viernes consecutivos después manifestó que estaba experimentando la Pasión de Cristo, aparentemente sufriendo en su propio cuerpo junto toda la agonía histórica.Se dijo también que podía comprender hebreo, griego y latín.Desde 1922 hasta su muerte en 1962, Teresa Neumann no consumió comida aparte de la Eucaristía, y dijo que no bebió agua desde 1926, lo que siguió hasta su muerte.El caso fue evaluado en diferentes momentos por distintas personalidades, de todo lo cual quedó abundante constancia.[7] Durante el Tercer Reich, Teresa Neumann fue el blanco de ridículo y difamación, ya que los nazis conocían sus discrepantes puntos de vista y temían su creciente popularidad.[cita requerida] Paramahansa Yogananda visitó a Teresa Neumann y escribió sobre su caso en su libro Autobiografía de un yogui, publicada en 1946."Resl", como se la conoce coloquialmente, ha logrado sin embargo un lugar en la devoción popular – una petición pidiendo su beatificación fue firmada por 40 000 personas.En 2005, Gerhard Ludwig Müller, obispo de Regensburg, empezó formalmente el proceso eclesiástico para su canonización.