Sus fundamentos filosóficos fueron asentados por Immanuel Kant, quien propuso que las normas estéticas podían ser separadas de la moralidad, la utilidad, o el placer.
Desde hacía bastante tiempo, Théophile Gautier y el movimiento el arte por el arte había preparado la vía para este cambio (prefacio de la obra Mademoiselle de Maupin, 1835),[15] y será el núcleo a partir del cual se desarrollará el llamado Art nouveau.
[16] El esteticismo, el decadentismo, léase el simbolismo, son las salidas que se buscan para escapar de un mismo malestar : "el fin del siglo XIX" se bifurca entre, por una parte, la fe en la ciencia y la modernidad, y por otra parte, el pesimismo frente a los valores contestados por causa del materialismo.
La «belleza» debe ser completa, imponiéndose como un «estilo de vida» y como un «precepto a aplicar».
Estos enfoques junto a las investigaciones sobre el Renacimiento, se convirtieron en la biblia de los jóvenes entusiastas del arte en aquellos años.