Este movimiento estatista dominó la política japonesa durante la primera parte del período Shōwa (reinado de Hirohito).
Con esta ascendencia de los militares, el país desarrolló un sistema económico muy jerárquico y aristocrático, con una significativa intervención del Estado.
En respuesta, un gran grupo de escritores fundó la rama japonesa del Frente Popular Internacional Contra el Fascismo, y publicaron artículos en las más importantes revistas literarias advirtiendo de los peligros del estatismo.
Kita también visualizaba estrictos límites a la propiedad privada, y una reforma agraria para mejorar la suerte de los campesinos arrendatarios.
Aunque sus obras fueron prohibidas por el gobierno casi inmediatamente después de su publicación, su circulación era masiva, y sus tesis demostraron ser populares no solo entre la clase de los jóvenes oficiales entusiasmados con la perspectiva de un gobierno militar y el expansionismo japonés, sino también entre el movimiento populista por su apelación a las clases agrarias y a la izquierda del movimiento socialista.
Shūmei Ōkawa fue un filósofo político de derecha, activo en numerosas sociedades nacionalistas japonesas en los años 20.
En 1926, publicó Japón y la vía de los japoneses (日本及び日本人の道, Nihon oyobi Nihonjin no michi?
[cita requerida] Los escritos de Araki están imbuidos con nostalgia hacia el sistema administrativo militar del antiguo shogunato, en una manera similar a como el Partido Fascista de Italia miraba a los ideales antiguos del Imperio Romano o a como el Partido Nazi en Alemania recordaba una versión idealizada del Primer Reich y de la Orden Teutónica.
Ikki Kita y Shūmei Ōkawa unieron fuerzas en 1919 para organizar la efímera Yūzonsha (猶存社), un grupo de estudio político destinado a convertirse en una organización paraguas para los variados movimientos socialistas de derecha.
Aunque el grupo pronto colapsó debido a diferencias ideológicas irreconciliables entre Kita y Ōkawa, sirvió su propósito en que logró unir a las sociedades de derecha antisocialistas panasianistas con los seguidores centristas e izquierdistas del socialismo de Estado.
[3] En principio, algunos teóricos propusieron la “Restauración Shōwa”, el plan de darle al Emperador poderes dictatoriales directos (debido a sus atributos divinos) para liderar las futuras acciones de ultramar en el Asia continental.
[cita requerida] Cuando se usaron herramientas autoritarias del Estado como por ejemplo el Kempeitai en la era Shōwa temprana, estas fueron empleadas para proteger el imperio de la ley bajo la Constitución Meiji de supuestas amenazas tanto desde la izquierda como desde la derecha.
Investigación de la política global con la raza yamato como núcleo muestra la influencia claramente.
[6] Como los consejos nazis que estaban emulando, esto era parte de una estrategia para crear una unidad nacional sin clases.
Bushido era el código y leyes del guerrero en el Japón feudal, que si bien tenía diferencias culturales superficiales, era en su núcleo muy poco diferente del código de caballería u otros sistemas similares en otras culturas.
En años posteriores, el código Bushido encontró un resurgir en creencia luego de la Restauración Meiji.
A todos los partidos políticos se les ordenó disolverse en la Asociación de apoyo al régimen imperial, formando un Estado unipartidista basado en valores totalitarios.
Medidas como la Ordenanza de Reclutamiento del Servicio Nacional y el Movimiento de Movilización Espiritual Nacional estaban destinadas a movilizar a la sociedad japonesa para la guerra total contra Occidente.
El texto académico oficial era otro libro, Shinmin no Michi (El camino del súbdito), la "Biblia moral nacional", que presentaba un efectivo catecismo sobre tópicos nacionales, de religión, culturales, sociales e ideológicos.
Durante los años ’30 Japón se distanció aún más de Europa Occidental y Norteamérica.
Por ejemplo, la renunciación no incluía la palabra usualmente usada para adjudicar la divinidad del Emperador: arahitogami ("Dios viviente").
En su lugar, utilizaba la inusual palabra akitsumikami, la cual fue oficialmente traducida como “divinidad”, pero más literalmente significaba “manifestación/encarnación de un kami” (“dios o espíritu”).
Por lo tanto, algunos comentaristas como John W. Dower y Herbert P. Bix han argumentado que Hirohito no negó específicamente ser un “Dios viviente” (“arahitogami”).