[1] Su nombre proviene del griego escleros, "duro" y enchyma, "sustancia".
Existen dos tipos de células esclerenquimáticas: las fibras celulares y las esclereidas.
A diferencia del colénquima, el esclerénquima maduro se compone de células muertas con paredes celulares extremadamente gruesas (paredes secundarias) que constituyen hasta el 90 % del volumen celular total.
El término esclerénquima se deriva del griego σκληρός (sklērós), que significa "duro".
La diferencia entre las esclereidas no siempre es clara: existen transiciones, a veces incluso dentro de la misma planta.
Como se mencionó anteriormente, la mayoría de las células del esclerénquima mueren en la madurez, dejando solo su pared primaria (más externa y más delgada), la pared secundaria gruesa, generalmente lignificada, y una pequeña luz (espacio que antes ocupaba el citoplasma).
La lignificación hace que las paredes celulares sean impermeables, evitando los intercambios metabólicos.
Ejemplos típicos son la fibra de muchas céspedes, Agave sisalana (sisal), Yucca o Phormium tenax, Musa textilis y otras.
Las fibras que no pertenecen al xilema son el líber (fuera del anillo de cámbium) y tales fibras que se disponen en patrones característicos en diferentes sitios del brote.
[3] Las esclereidas son la forma reducida de las células del esclerénquima con paredes muy engrosadas y lignificadas.