[1][2][3] El poeta Eduardo Lizalde comentó que en la prosa de Ernesto de la Peña se encuentran «sorprendentes hallazgos, alucinantes relatos, descripciones de personajes, atmósferas, historias y fantásticas aventuras, con pericia e imaginación admirables pergeñadas por el autor».
Como señala la escritora Myriam Moscona:Este compendio de belleza literaria tenía para él dos funciones.
Formó parte del cuerpo de traductores del griego y el latín reconocido por la UNAM para participar en los trabajos de la "Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana".
De forma independiente, estudió lenguas occidentales y orientales.
Conoció los textos bíblicos y tradujo los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan directamente del griego al español de México del siglo XX.
Colaboró, como tal, en el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.
A partir del 2012, lleva el nombre Biblioteca Ernesto de la Peña.